top of page
Buscar

Marcas de la Iglesia I - La Predicación

Actualizado: 5 nov 2024


ree

Vivimos tiempos en las cuales todo tiene mil opciones. Si uno va a un puesto de helado de yogurt es común que se encuentre con docenas de toppings que usted le puede poner a su nieve. Al igual si va a un restaurante como tipo Subway es normal que pueda elegir que clase de pan, aderezo y proteína, etc. Son pocos los lugares que solo tienen un par de opciones.


Algo parecido sucede con las iglesias. Si hay algún tipo de estilo que usted le gusta es muy fácil meterse a YouTube y encontrar la iglesia "ideal" para usted. Si a usted le gusta una iglesia más bautista o pentecostal estoy seguro que la encontrará. Pero aun si usted es bastante especifico estoy seguro que encontrará la iglesia que quiere. Por ejemplo: una iglesia que sea moderna pero que no tenga muchos reflectores, que el pastor se vista de saco pero que no use corbata, que la alabanza tenga himnos, pero no solo himnos, que la mujer pueda predicar pero que no sea pastora, que se hable en lenguas, pero no siempre, que sea internacional pero mayromente latina. Estoy seguro que sí se pone a buscar la encontrará.


Sin embargo, con tantas opciones y variedades, tantos gustos y tradiciones, ¿realmente hay algo que debería caracterizarlas a todas? ¿Hay un denominador común en todas aquellas que se identifican como iglesias protestantes y evangélicas? Mejor aún, ¿Cuáles deben de ser los distintivos de cualquier iglesia y especialmente de la iglesia en la que usted y yo estamos? Eso es justo lo que quisiera responder. ¿Cuáles son las marcas de una verdadera iglesia? Eso es lo que consideraremos en los siguientes 3 artículos.


Marcas de la Iglesia


Hay tres marcas que toda iglesia debe de tener al menos si se quiere considerar una iglesia protestante y evangélica. Claro que hay muchos más aspectos, pero estas marcas son indispensables. Realmente no puedo decir que estas marcas son originales o que yo pensé en ellas. Hace más de 500 años los cristianos que se separaron de la iglesia católica romana, que identificamos como los reformadores, se pusieron de acuerdo para ver que era aquello que toda iglesia debía de tener. Por más que hubiera diferencias entre ellos, debía de haber ciertas cualidades que los unieran y distinguieran.


  • Ellos comprendieron que la Palabra de Dios debía de ocupar el lugar preeminente. La Biblia es la regla de fe y conducta, y por eso debe de ser predicada incansable y regularmente.


  • Consideraron que la iglesia es sana cuando practica las dos ordenanzas instituidas por Jesús: el bautismo y la cena del Señor.


  • Y también tomaron en cuenta que una iglesia donde cada quien vive como quiere sin realmente ser luz y sal y sin dirección pastoral, a fin de cuentas no es más que un club social y no una iglesia. Por ello debía de haber disciplina eclesial.


Consideremos la primera de ellas. Para comprender la razón por la cual los reformadores le daban tanta importancia a la predicación es necesario ir a la segunda carta a Timoteo.


ree

2 Timoteo 3-4


El apóstol está en sus últimos días. Él sabe que no le queda mucho tiempo y que necesita orientar a sus pupilos para que ellos continúen con la obra del Señor. Pablo le escribe una carta a Tito y dos cartas a Timoteo. En la segunda carta Pablo quiere que Timoteo permanezca firme en lo que ha creído. Estaban viviendo tiempos difíciles de apostasía y herejías. Por lo tanto, ellos debían de procurar la sana doctrina y guardar la fe. Timoteo no podía ser como aquellos hombres amantes de sí mismos, desobedientes e ingratos. Él no podía evanecerse y amar los placeres más que a Dios. Por más que esos hombres parecieran ser buenos, realmente estaban lejos de la verdad.


Al contrario, se esperaba que Él fuera diferente a todos ellos y siguiera el ejemplo de Pablo. Dentro de este discurso sobre la perseverancia, podemos observar la importancia que tenía la Palabra de Dios. Ella era necesaria para poder cumplir con ello. Ella tiene un lugar especial en la iglesia y en la vida del creyente. Pablo nos muestra 4 razones por las cuales la iglesia y el creyente deben de centrarse en la Palabra de Dios.


1) Su Carácter Divino


Pablo exhorta a Timoteo a permanecer en aquello que Él ha aprendido. Timoteo había estudiado las Escrituras gracias al ejemplo de su abuela y su madre. Él sabía que venían de parte de Dios porque eso le habían enseñado.


Además, Pablo menciona algo sumamente importante en el v. 16: "Toda la Escritura es inspirada por Dios." Lo primero a notar es que lo que tenemos en nuestras manos no viene de parte del hombre. Por mas que la Biblia haya sido escrita por hombres es imposible atribuirles todo el crédito. Ellos sirvieron a Dios escirbiendo todo lo que Dios les mostraba y pedía. De hecho, Pedro en otro lugar menciona como realmente la palabra de Dios venía a los profetas y no que los profetas necesariamente buscaran la palabra de Dios (2 Pedro 1:20-21). Es decir, Dios es el que ha querido revelarse y comunicarse con nosotros por medios de Sus palabras.


Estas palabras que usted tiene no son meramente las palabras de Moisés o Isaías ni aun de Pablo o Pedro. Estas palabras vienen del Dios eterno que creó todo. Pablo dice que estás palabras son inspiradas. No queremos decir que cuando Dios habló por medio de ellos Pablo estaba en un tipo de trance y como un robot escribía únicamente lo que Dios le decía. Si fuera así entonces toda la Biblia sonaría completamente igual. No habría diferencias entre géneros ni autores.


La realidad es que la Biblia es tan rica, colorida y viva. Cada uno escribe con su propio estilo y perspectiva y aun así podemos decir que son las palabras de Dios. Además, por más que usara hasta 32 diferentes autores, todos ellos tienen un mismo mensaje y personaje principal. Dios guio de tal forma que escribieran exactamente lo que debían y aun así sin que fueran forzados. De modo que no hay errores ni contradicciones verdaderas en la Biblia. Todo tiene un mismo autor. Y ese autor es Dios mismo. Por eso una y otra vez los autores de la Biblia dicen, especialmente los profetas: “Esto dice el Señor.”


¿Qué significa esto? Si estas son las palabras de Dios mismo, el Dios eterno y poderoso, santo y majestuoso. ¿Por qué vamos a querer hablar lo que nosotros pensamos y lo que nosotros queremos decir? ¿Por qué considerar si quiera lo que la creación tiene que decir cuando el Creador ha hablado?


Uno pudiera pararse en el púlpito y contar un sinfín de historias y anécdotas personales y es muy probable que usted salga motivado y hasta tocado por lo que se dijo. Sin embargo, a menos que hablemos las mismas palabras de Dios, no veremos cambios ni verdadera vida entre nosotros. Si realmente creemos que Dios ha hablado y se ha revelado en Su Palabra, entonces no tenemos nada que hacer más que centrarnos en lo que ya se nos dijo. No necesitamos alguno nuevo ni místico ni atractivo meramente. Necesitamos lo que Dios el Señor ha dicho. Nos centramos en la Palabra por respeto y amor al dador de la Palabra. Como iglesia nos centramos en las Escrituras para la gloria de Dios porque son ellas las que nos revelan a Dios mismo.


2) Su Obra en el Creyente


Pablo especifica porque la Escritura debe de ocupar un lugar tan importante en la vida de Timoteo. Él le explica que la Escritura es útil para obrar en el creyente. ¿Qué necesitaba Timoteo para permanecer firme en la fe? La Escritura. ¿Cómo iba a ser un ejemplo para los demás? Permaneciendo en la Escritura. En el mismo v. 16 y 17 Pablo aclara que estas palabras de Dios tienen el mismo poder creador como en el relato de Gen. 1: crean un hombre nuevo. La Escritura es el aliento de Dios moldeando vidas a la semejanza de Jesús.


Estoy seguro que le ha pasado en más de una ocasión en la que la Escritura penetra hasta lo profundo del alma cuando la estudiamos. Puede ser que haya traído a la luz un pecado, confrontado una actitud, consolado su corazón, lo haya afianzado con una promesa o le mostró que debía de cambiar y cómo debía de ser. La Biblia es útil y provechosa para el creyente. Es el camino que lo lleva a tener una relación intima con Dios mismo.


  • Ella es la que nos enseña e instruye sobre quién es Dios y qué ha hecho. Nos muestra quién es Jesús y el Espíritu Santo.


  • La Escritura también nos reprende. Ella nos muestra dónde estamos fallando, cómo estamos siendo egoístas u orgullosos. La Escrituran nos expone y trae a la luz. Ella nos muestra que no somos tan buenos como pensamos.


  • Si seguimos la lista de Pablo, veremos que somos corregidos por la misma Escritura. Una cosa es señalar el problema y otra apuntarnos al remedio. Eso hace la Escritura. No solo nos dice dónde erramos, pero nos encamina hacia la justicia. De hecho, la idea de esta palabra en el original es la de enderezar o restaurar algo. Dios usa la Biblia para pegar poco a poco las partes que estaban rotas, para sanar el corazón y aliviar el alma.


Somos una iglesia centrada en la palabra de Dios porque la palabra de Dios es nuestra norma de fe y conducta. Creemos que ella es la que nos guía a Jesús y a ser como Jesús. La que nos muestra cómo Dios ha procurado nuestra salvación y nuestra santificación. La Biblia es el medio que Dios usa para asemejarnos a Él. Que tontería seria hacerla a un lado. Sería como tratar de arreglar una fuga de agua, pero sin ninguna herramienta; viajar por todo el país, pero sin ningún vehículo ni mapa.


3) Su Trascendencia


Todos somos conscientes de lo rápido que cambian las modas. Cada año hay cambios notorios, pero aun a lo largo de los meses vemos cómo lo que está en tendencia está en constante cambio. Prácticamente nada dura lo suficiente. También es verdad que las modas van y vienen. 


A diferencia de las modas, la Biblia trasciende el tiempo, las culturas, los problemas, las razas y épocas. La Biblia no se ve limitada por nada de eso. No necesita ser cambiada o actualizada, no necesita amoldarse o pasar por alguna modificación o revisión. Pablo es consciente de eso. Esa es la razón por la que por más que cambien los tiempos y la gente quiera escuchar toda clase de fabulas y mitos, él debía de permanecer firme en la palabra de Dios. Él debe de hacer su labor de evangelista y cumplir su ministerio. Él debe predicar la palabra de Dios. A fin de cuentas, todo este tipo de cuestiones pasan de moda también. Siglo tras siglo se han levantado uno tras otro los enemigos de la iglesia y cada uno va cayendo a su debido tiempo. Todos aquellos que se alejan de la Palabra de Dios están destinado a caerse eventualmente.


Sin embargo, Timoteo podía y debía de confiar en la Palabra de Dios especialmente ahora que Pablo estaba por dejarlo. Pablo había sido el maestro de Timoteo, pero realmente de toda la iglesia gentil, y aun él no era el que importaba como tal. Si bien lo apunta a recordarlo él, a fin de cuentas, él solo era un vivo ejemplo de Jesucristo.


¿Por qué nos centramos en la Palabra de Dios? Porque es nuestra roca firme en los tiempos cambiantes. Porque es la única capaz de seguir hablando a nuestros corazones, de llegar a la generación de los “baby boomers” tanto como a la "generación Z". Porque por más que pase el tiempo, la historia de Jesús sigue siendo la mejor historia y la más relevante de todas. Porque sigue habiendo un mundo perdido y necesitado de la luz de Jesús. Porque ella tiene las verdades eternas de la salvación. Solo ella puede mostrarnos el camino en Jesús y mantenernos en Él.


4) Su Demanda


La última razón por la cual somos y queremos ser una iglesia centrada en la Palabra de Dios es porque Dios lo demanda. Él lo pide y lo hacemos por obediencia. En todo lo que Pablo le dice a Timoteo no vemos meras sugerencias u opciones sino mandatos y exhortaciones. Él debe de “persistir en lo que ha aprendido”. Él debe de “predicar la Palabra”. Debe de hacer su obra de evangelista”. Claro que pudieran ser simples consejos, pero si nos fijamos en el principio del v. 1 del capítulo 4 veremos que no se trata solo de una recomendación.


Pablo dice que “le requiere” es decir que le demanda, le está dando un encargo solemne. Para hacerlo todavía más serio Él menciona tanto a Dios como a Cristo y luego describe a Jesús. ¿Cómo lo pone? Como juez de vivos y muertos y como el rey que vendrá en toda Su gloria. Es decir, el predicar la Palabra no era un asunto por menor o de categoría secundaria. Se trataba de un mandato y encargo solemne y de suma importancia. Se trata de aquello que debe de identificar a la iglesia ya que Dios mismo se lo pide y demanda.


Por más que habrá épocas en las cuales la iglesia y el mundo no quieran oír la Palabra y quieran escuchar todo menos eso, esa no es razón suficiente para dejar de predicar la Palabra. El mandato está ahí y es claro. Eso fue lo que hizo Pablo hasta su muerte y de hecho muere por eso mismo. Eso fue lo que hicieron los grandes hombres de Dios y las iglesias que vieron avivamiento entre sus filas.


Por eso no desistiremos en predicar una y otra vez las mismas verdades antiguas. De orar la Palabra, cantar la Palabra y gozarnos en la Palabra. Meditaremos en la Palabra en la alabanza, en la ofrenda y en el sermón. Saturaremos a nuestros niños de la Palabra, “hartaremos” a nuestros jóvenes con la Palabra y construiremos familias firmes solo en la Palabra. Ahora y hasta que Jesús venga por nosotros.


ree

Para Terminar


¿Y que tal en su propia vida? ¿Es la Biblia el centro de tu vida? ¿Buscas a Dios por medio de Su Palabra? ¿Meditas en los libros que Él nos ha dado para nuestro beneficio? ¿Qué lugar ocupa la Palabra en tu diario vivir? ¿Es solamente un libro que tenemos abierto en nuestras casas, uno libro más en nuestro buró? ¿Nuestra Biblia está arrumbada y llena de polvo?


¿O verdaderamente amamos la Biblia y mejor aún al Dios de la Biblia? Pasemos tanto tiempo en nuestras Biblias que ni nos demos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor. Invertamos nuestra vida en conocer al autor. Apartemos y dedicemos tiempo para conversar con Dios a través de las páginas de este libro. Decía John Piper “quisiera que a los cristianos también se les identificara como 'la gente del libro’ por lo saturados que deberíamos estar del libro de Dios”. Como iglesia eso es lo que buscamos, y también cada uno de nosotros como cristianos. Que Dios nos ayude a centrarnos en Su Palabra y nada más.


Escrito por Josué Gutiérrez, pastor de Dios de Gracia.

 
 
 

Comentarios


bottom of page