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Marcas de la Iglesia III - Disciplina

Actualizado: 5 nov 2024

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Probablemente hasta este punto hemos concordado en todo. Estoy seguro que nadie tiene un verdadero problema con priorizar tanto la Palabra ni con celebrar las ordenanzas. Sin embargo, al acercarnos a esta tercera marca puede ser que surjan los conflictos. Es probable que incluso ya tengamos una idea de lo que es la disciplina en la iglesia y no queramos saber nada sobre ello. Estoy seguro que ha oído chismes o historias trágicas sobre casos de disciplina. Por eso quisiera aclarar, definir y despejar dudas sobre que es la disciplina según lo que vemos en la Palabra de Dios.


Antes que nada, solo quiero quede muy claro la motivación detrás de todo esto. Para ello solo quisiera que leyéramos dos pasajes. Uno de Jesús y otro de Pablo. El primer está en Mateo 5:13-16. En él vemos que Jesús es claro en mostrarnos que sus discípulos deben de ser diferentes al mundo. De hecho, ellos son los que deben de ser de influencia para los demás y no viceversa. Por lo tanto, si pierde su sabor, la sal no sirve de nada.


Después vemos Efesios 4:22-24. Aquí Pablo exhorta a esta iglesia a abandonar las practicas que tenían antes y revisitarse de Cristo en justicia y santidad. Es decir que se espera que el creyente viva de cierta manera. Al entrar a la familia de Dios no se vive igual como antes, sino que todo su ser cambia – Su corazón y consecuentemente también sus acciones, actitudes, pensamientos y sentimientos.


Por lo tanto, el esperar que cada uno de nosotros viva en santidad no es ser legalista, ni tampoco anticuado ni mucho menos exigente. Al contrario, es bíblico y natural en el creyente. Por eso quiero que consideremos Mateo 18:15-20.


Contexto del Pasaje


El sacar pasajes o hasta conversaciones fuera de contexto pareciera que es el hobby de muchos. De hecho, muchas veces así surgen las noticias de ultimo momento. Algún artista o famoso dice algo que suena tan controversial fuera de contexto. Uno pudiera llegar al v. 17 solamente y pensar que la iglesia es muy exagerada. Especialmente cuando consideramos lo fuerte que suena la palabra “excomulgación” o “excomulgado”.


¿En qué contexto se desarrolla este pasaje sobre la disciplina? Los discípulos se acercaron con Jesús para preguntarle quien era el más importante en el reino. Jesús entonces tomó a un niño y les dijo que debían de ser como ellos. Aún más, debían de tener cuidado de no hacer caer a ninguno de ellos. Para Jesús no hay niños o más bien no hay pequeños en el reino de los cielos. Cada uno de los que son suyos son valiosos e importantes.


El Perdido


Entonces Mateo nos cuenta la parábola de la oveja perdida. ¿Acaso el pastor si tiene cien ovejas y se pierde una, no deja a las noventa y nueva y va por la que se perdió? Cuando la encuentra se regocija, justo así es el Padre celestial que no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda. Así llega el pasaje de la disciplina.


Es decir que el principio fundamental y base de la disciplina recae en el que ninguno se pierda. O, en otras palabras, Dios valora tanto a los suyos que no quiere que ninguno se desvié o se hunda en pecado. Esto es tan importante, antes de pasar a lo que Dios pide. Hay en el fondo de todo esto un principio de amor rescatista. Aquellos que son de Dios son su posesión valiosa y preciada. Todo lo que Dios establece dentro de Su iglesia a parte de traer gloria a Su nombre es para el bienestar y beneficio del creyente.


El Perdón


Además de eso, justo después hablar de la disciplina Jesús habla del perdón. Pedro entiende lo que hay que hacer: ganar al hermano. Sin embargo, eso significa que, si Dios perdona, yo también debo de perdonar. Pero eso suena más fácil de lo que es. De hecho, pasaba muy seguido. Por lo tanto, ¿Cuántas veces debo de perdonar a mi hermano? Entonces Jesús les cuenta esta parábola.


Con ella Él les muestra que todos nosotros tenemos una deuda delante de Dios, y aun así Él es bueno para perdonar. Nadie es mejor ni peor delante de Dios. Así que, así como hemos sido perdonados de tanto, debemos de perdonar a los demás hasta 490 veces. ¿Por qué cuantas veces no le he fallado yo a Dios y me sigue perdonando?


Entonces el que la iglesia bajo sus pastores ejerza disciplina no nace del rencor, el remordimiento, una dictadura o algo por el estilo. El corazón de la disciplina como veremos más adelante es la restauración y reconciliación: por eso tiene como base el amor de Dios para los suyos, y el perdón de Dios para con nosotros.



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Proceso y Pautas v. 15-17


Proceso


Ahora si vayamos al pasaje mismo. Lo primero a notar es que Jesús describe la situación entre hermanos. Es decir que, si esto sucede entre no creyentes o con un no creyente, este proceso no aplica. Aquí se trata de un asunto dentro de la Iglesia. De hecho, esta es la segunda refernecia de Jesús en todos los evangelios a la Iglesia.


Después se menciona que se trata de un pecado o una falta en contra del hermano. Supongamos que…Felipe y Bernardo tuvieron un conflicto entre ellos en el cual Felipe hizo algo en contra de Bernardo. A Bernardo le dolió la falta y esperaba que Felipe se disculpara. Ese no fue el caso. Así que según lo que dice Jesús, Bernardo debe buscar hablar con Felipe y señalarle en que estuvo su falta. La idea es que esto pueda resolverse en privado entre ellos. De hecho, si ese es el caso, menciona Jesús, has ganado a su hermano. Otra vez, el propósito de amonestarnos los unos a los otros es para ganar al hermano: que el pueda reconocer su error y remendar su camino y listo. Entonces ellos pueden volver a su relación que tenían como hermanos en Cristo sin ningún problema pasando por alto lo que había pasado.


Sin embargo, Felipe no le hizo caso a Bernardo y permaneció en su posición. Bernardo estaba desconcertado y mejor fue con su grupo de amigos para pedirles ayuda. Jesús dice que entonces debe de llevar a dos o tres para que haya testigos y más involucrados. Sigue siendo un grupo pequeño de máximo 5 personas. Bernardo invito a Víctor, Paulina y Manuel. Ellos trataron de intervenir para que Felipe “agarrara la onda”. Supongamos que se resuelve, entonces ya no es necesario externarlo con nadie más. Si ha pedido perdón en arrepentimiento y busca arreglar la situación entonces ahí quedó el problema.


Pero ese no fue el caso. Supongamos que eso fue contraproducente y ahora Felipe está más aferrado que nunca. Él no hizo ningun mal y se siente ofendido porque hayan pensado que sí. Ahora sí Bernardo va con el pastor. Entonces el pastor decide hablar con los demás lideres e invita a unos hermanos de la congregación para poder hacer una intervención con Felipe. Otra vez, si Felipe decidiera aceptar su error y arrepentirse, entonces ellos han ganado a su hermano y la vida continua como antes. Sin embargo, si ese no es el caso, Jesús le pide a la congregación que lo trate como un incrédulo o un renegado. Es decir que lo trataran como si no fuera creyente. Este es en pocas palabras el proceso de disciplina que debe de llevar la iglesia.


Pautas


Quisiera ahora considerar unas cuantas pautas practicas que he podido leer y también ver sobre cómo llevar esto acabo. Es muy probable que este tipo de procesos de disciplina no aplique a todos los casos. Es decir, si tu hermano te mintió o te pego o algo menor, entonces podríamos decir que la persona ha de soportar el mal y devolver el mal con bien. El amor cubre multitud de faltas. No hay necesidad de engrandecer algo que era pequeño. No vamos a ser como los niños pequeños que ante cualquier falta ellos van directamente a quejarse con sus papas. No podemos ir con el pastor inmediatamente.


De hecho, está es una pauta practica muy importante. No es hasta el final que esto se trae ante la iglesia, no inmediatamente. La idea es que los conflictos se resuelven entre los hermanos del conflicto. No es bueno ni recomendable involucrar más gente salvo que no te escuche. Por eso se nos llama una y otra vez a perdonarnos los unos a los otros (Col. 4), y ver por encima de las faltas.


También debemos de considerar que estamos tratando con pecado. Me refiero a que, si hay una discusión sobre gustos o preferencias, entonces no es necesario meternos ahí ni ser tan intensos. Junto con eso debemos de aclarar que estamos hablando de pecados más escandalosos, groseros, irrespetuosos y con consecuencias más visibles y terribles. Ahí debe de entrar la iglesia por el bien de ese hermano, por el bien de los demás hermanos que pudiera afectar y para honrar a Cristo.


Otra cuestión a considerar es que cada caso es particular. No podemos dar un proceso exacto de como tratar cada caso. Las circunstancias y personas son diferentes; sus luchas y trasfondos son diferentes. Y en todos ellos, somos llamados antes de aplicar justicia a exteder misericordia. Por lo tanto, si hay diferencias entre como se manejó el caso, no debe de ser por preferencias o prejuicios. Dios da sabiduría a los pastores y lideres para saber cómo manejar cada caso.


También, ¿Qué significa tratarlo como un incrédulo o renegado? Para algunas iglesias esto significa excluirlo de la membresía, no darle voz y voto. No dejar que participe de la Cena del Señor. Para unas iglesias significa quitarlo de cualquier ministerio en el que este sirviendo. Personalmente se me hace difícil determinar que implica porque creo que no es tan sencillo como parece. Hay un aspecto en el cual no debemos por ese momento verlo como un hermano ya que ha decidido no actuar como uno. Al mismo tiempo como con cualquier incrédulo oramos por su salvación y que venga a los pies Cristo. También es verdad que Pablo aconseja que los neófitos no sean pastores, o que los nuevos creyentes no sean encargados. Entonces tendría sentido que alguien no creyente no sirviera en la iglesia y mucho menos como responsable como sería el caso hasta cierto punto del que está en disciplina. ¿Por cuánto tiempo? Es difícil saberlo porque depende de sí hay arrepentimiento o no.


Por último, solo quisiera mencionar que la mala practica no es razón suficiente para anular dicha práctica. Aquí estamos hablando de algo que nos pide Jesús y que se ve en la iglesia primitiva como lo fue el caso de Pablo con el hermano de la iglesia de Corinto. Estoy seguro que esto se ha hecho de tantas malas maneras: exhibiendo, señalando, desechando, ahuyentando y mucho más. Pero por eso mismo debemos de buscar la manera de hacerlo correctamente. Nuevamente, las medidas que se toman deben de ser siempre con la intención de la restauración y reconciliación; porque a fin de cuentas hablábamos de hermanos en la fe, hermanos que amamos y queremos en el Señor. Para ello a veces es necesario corregir y disciplinar. Como dice la Biblia tanto en Proverbios como Hebreos: “El que ama a su hijo lo corrige.”



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Permiso y Promesas v. 18-20


Por último, solo quisiera hablar rápidamente sobre los versículos 18-20. Estos versículos los hemos visto en otros contextos y para otras situaciones. Sin embargo, el contexto dicta como los hemos de entender. Es en el contexto de la disciplina de la iglesia que se da el texto de atar y desatar. ¿A que se refiere esto? Probablemente tiene que ver con la idea de la aprobación y permiso de parte de Dios. Esto mismo le dice Jesús a Pedro cuando le dice que sobre esta roca construirá su iglesia. Es posible que Jesús se refiera que Él le ha dado autoridad a la iglesia para intervenir en estos casos para preservar la santidad de Su iglesia.


Por lo tanto, si la iglesia, buscando de Dios, en base a la Escritura y guiada por el Espíritu Santo determina disciplinar a cierto hermano, entonces ellos tienen el permiso y aprobación de Dios. De la misma forma si ellos han decidido restituirlo y devolverlo a la comunión entonces Dios está ahí en medio de ellos. Especialmente cuando se trata de estos conflictos tan incomodos y con tantas posibles repercusiones, ellos deben de tener la seguridad que donde dos o tres de ellos se ponen de acuerdo ahí está el Señor en medio de ellos. Claro que esto requiere valentía y firmeza en la verdad, pero no han de temer porque Jesús está ahí también.


Cierre


¿Por qué el que haya disciplina en la iglesia es una marca de una verdadera iglesia? Porque demuestra que se toman enserio el ser la luz y sal del mundo. Porque creen que el creyente no puede vivir como quiere. Porque consideran que su vida es testimonio a los no creyentes. Porque aman a Jesús tanto que quieren vivir como Él y para Él. Porque hay una comunidad de creyentes que se preocupan los unos por los otros. Porque se duele por el pecado. Porque ama al hermano tanto que ruega por su arrepentimiento y restauración. Porque creemos en las segundas y terceras oportunidades. Porque creemos que Dios es santo y nadie se burla de Él. Por esto y más.


Para cerrar esta pequeña serie de 3 artículos solo quisiera mencionar que como pastores procuramos ser una iglesia centrada en la Palabra de Dios. Amamos y disfrutamos celebrar de las ordenanzas al punto que casi siempre se nos salen lágrimas. Amamos a nuestra iglesia y odiamos cuando está en pecado y buscamos corregir e instruir lo más que podamos. No somos la iglesia perfecta, pero queremos ser una iglesia obediente y santa. Una iglesia que proclama el evangelio de Jesús con sus labios, sus acciones y corazones.


Escrito por Josué Gutiérrez, pastor de Dios de Gracia.

 
 
 

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