El Miserable Entusiasta - La vida de William Carey
- Iglesia cristiana Dios de Gracia
- 6 sept 2024
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 5 nov 2024

¿Cuál es su más grande sueño? ¿Qué quisiera hacer de su vida los años que Dios le dé? ¿Qué quisiera que escribieran en su lapida cuando muera? Probablemente no es algo que pensemos muy seguido. En ocasiones por el tipo de sociedad en la que vivimos llegamos a solamente vivir sin realmente considerar cúal es nuestra parte y qué podemos hacer para que nuestra vida cuente. Para ello quisiera que volviéramos a considerar la vida de ciertas personas cuyo impacto fue eterno. No hay mejor ejemplo que los misioneros. Estamos hablando de estas personas que dejan su hogar y comodidades para ir a otro lugar donde Cristo no es adorado y lo anuncian. Sin importar el costo, ellos lo entregan todo; y justo ese es el caso de William Carey.
En una ocasión, en una junta de la denominación se estaba hablando de los diferentes temas que se tratarían. Entonces se levantó un joven pastor recién ordenado. Su corazón ardía por las misiones extranjeras de la cuales no dejaba de hablar. Sin embargo, un pastor mayor lo interrumpió abruptamente: “Joven, siéntate. Eres un miserable entusiasta. Cuando Dios quiera convertir a los paganos, lo hará sin consultarnos ni a ti ni a mí.” Lo que este pastor experimentado no sabía es que William marcaría un antes y un después en un país como la India. Su entusiasmo traería verdadero fruto, fruto eterno.

Trasfondo
William Carey nació el 17 de agosto de 1761 en Paulerspury, Inglaterra. Su familia siempre fue de bajos recursos y fieles a la iglesia de Inglaterra. Por ello, siendo pequeño se convirtió en aprendiz de un zapatero para poder vivir de eso. Ese parecia su destino. Carey se convirtió en cristiano en la iglesia anglicana, aunque su cristianismo no se encendería hasta que curiosamente se uniera a los bautistas. Por el contexto de su familia, él no tenía ninguna educación formal. Sin embargo, eso no le impidió aprender griego y latín.
Tiempo después su oficio lo llevó a Hackleton. Fue ahí donde su vida empezó a tomar rumbo. Seguía viviendo de zapatero con un sueldo insuficiente. Eso no fue impedimento para que se casara con Dorothy Plackett. Ellos tuvieron una hija que lamentablemente murió a los 2 años. A partir de ahí su vida sería un ejemplo de sufrimiento constante y perseverancia.
Carey había crecido en la iglesia anglicana, una iglesia que se asemeja externa y superficialmente a la católica romana. Sin embargo, fue en Hackleton donde conoció la iglesia bautista y un hijo de pastor lo tomo bajo su tutela. Carey se unió a la iglesia bautista y se bautizó en 1783 como creyente. Tal fue su convicción que también se convirtió en pastor bautista. Como desde pequeño, por más que no era estudiado formalmente, nunca dejaba de estudiar y también aprendió hebreo.
Sin embargo, en medio de todo esto su corazón latía más fuerte por los de afuera que por los de adentro. Tanto que publicó un libro sobre la gran comisión en el cual habla de esta obligación que tenemos como cristiano de ir por los que no lo conocen. En especial él sufría por aquellos que estaban más lejos, aquellos que de plano nunca había escuchado el evangelio. Él compartía: “Las multitudes se sientan tranquilas y no se preocupan por la mayor parte de sus compañeros pecadores, quienes, a este día, se pierden en la ignorancia y en la idolatría".
Por eso en 1792 él junto con otros 3 hombres organizaron una sociedad misionera. Ahí predicó un famoso sermón divido en dos partes: “Espera grandes cosas de Dios e Intenta grandes cosas para Dios” basado en Isaías 54:2-3. Esta organización se llamaría la “Sociedad Misionera Bautista.” Este grupo de 4 hombres amaban las almas perdidas y sabían que Dios los había llamado a ser ese medio para alcanzarlas. Ellos no eran la clase de cristianos como los de su época que con los brazos cruzados esperaban a que Dios obrara en su alrededor. Ellos, influenciados por la pasión evangelistica y la teologia viva de Jonathan Edwards, eran la clase de cristianos que creen en la soberanía de Dios y predican creyendo que Dios salva cuando ellos van por los perdidos.
Este proyecto inicio y William Carey junto con su familia y otra más fueron los primeros misioneros que mandarían a la India.

Misión
Desde Inglaterra a India se podían hacer varios meses de viaje. Aun antes de llegar a India, las pruebas ya habían empezado. El viaje fue todo un asunto ya que todos se enfermaron y apenas lograron llegar. Ya estando en India la situación no mejoró. Los primeros años fueron los mas difíciles.
Junto con Carey iba una familia, la familia de John Thomas que era un excirujano. Al poco tiempo, Thomas terminó desistiendo ya que el dinero que tenían no les alcanzaba y era malo administrándose. La familia de Carey tampoco estuvo exenta de problemas. Al principio tenían que mudarse constantemente de lugar a falta de trabajo. Además, no dejaban de enfermarse y hasta Carey contrajo malaria. Lo peor de todo fue cuando su hijo de 5 años murió. ¿Acaso debían de seguir ahí? El dolor fue tan abrumador que la esposa de Carey comezó a luchar con su salud mental. Pero no todo fue una perdida de tiempo. A pesar de todo lo que les sucedía Carey logró aprender bengalí y así comenzó a traducir la Biblia. Él consiguió que un experto en el idioma le ayudara y también logró predicar.
Para 1799 la situación dio un giro de 180°. Los Carey dejaron el lugar donde estaban y se trasladaron a un asentamiento danés en Serampore. Hasta este punto Carey había estado predicando ilegalmente. En cambio, en este asentamiento ellos tenían permiso de predicar sin problema. El equipo creció y se le unieron William Ward que era impresor y la familia Marshman. Juntos pudieron establecer una escuela para niños donde enseñaban.
Tal fue el cambio que en diciembre de 1800 Carey bautizó a su primer converso Krishna Pal y dos meses después publicó su primer Nuevo Testamento en bengalí. Este esfuerzo contribuyó también a asentar las bases para estudiar el bengalí moderno ya que hasta ese momento era un dialecto inestable. La obra estaba avanzando y gracias a Ward ellos empezaron a imprimir y publicar toda clase de libros. Ellos tenían diccionarios, enciclopedias, libros y manuscritos completos y parciales de la Biblia. Su esfuerzo sufriría un fuerte golpe y una pausa forzada ya que en cierto día un incendio destruyó por completo su imprenta. Así en un par de horas el trabajo de años se había esfumado.
Una vez más los Carey se veían ante la pregunta de sí todo esto valdría la pena. ¿Era momento de detenerse? ¡De ninguna manera! Por más que fue un golpe doloroso para todos, esto mismo también causó que los cristianos en EUA contribuyeran y apoyaran su misión en India. Volver a instaurar la imprenta debió de haber tardado años, pero con su ayuda ellos lo lograron en un par de meses. ¿Las dificultades son señal del abandono de Dios? Claro que no. Las dificultades solamente prueban y fortalecen nuestra fe en el Dios que nunca nos deja. A partir de ahí Carey junto con su familia y más misioneros no desistieron ni se detuvieron. Carey invirtió los siguientes 28 años en la India.

Legado
Pudiera parecer que tantos años no hubieran valido la pena. ¿Qué tanto podría haber hecho un hombre sin educación en un país tan complicado? Sin embargo, a pesar de las pruebas tan duras que pasó, por la gracia de Dios Carey y su equipo tradujeron toda la Biblia en 6 idiomas: bengalí, oriya, marathi, hindi, asamés y sánscrito.
Pero el legado e influencia de Carey no se limitaron a plantar una iglesia o traducir la Biblia. Él comprendía que ser cristiano en un país pagano implicaba más que solo predicar. Por eso Carey no se limitó a la reforma espiritual. En la medida que podía buscó una reforma social. Él se preguntaba: “Si fuera Jesús fuera el Señor de la India, ¿Cómo se vería? ¿Qué es lo que sería diferente?” Esta pregunta marcó la pauta de su agenda. Ya no solo se trataba de que el reino de Dios llegará a India, sino que el reino de Dios se manifestará en India. Y justo eso sucedió.
Una de sus contribuciones fue el ayudar en la agricultura. Él publicó un texto de ciencias naturales. Él recaudo información para saber cómo cultivar en esta tierra y cual era la mejor manera de hacerlo.
También al ver la pésima economía que había y cómo la gente vivía siempre endeudada él introdujo la idea de los bancos de ahorro.
India también era un lugar donde se exhibiliaba las personas con lepra sin siquiera buscar una manera de tratarla. Con la ayuda de profesionales de la salud y con una valentía sin comparación Carey fue de los pocos que recibía y ayudaba a los leprosos.
Carey estableció el primer periódico de India llamado “Friend of India.” Asimismo, también fundo una escuela de teología que tuvo en un momento hasta 2,500 estudiantes “Serampore College”.
Pero su mayor contribución probablemente tendría que ver con como él se opuso a la opresión de la mujer. Había demasiados feminicidios especialmente de las viudas. No solo mataban a las mujeres sino también a las niñas. Esto llevaba a las mujeres de cualquier edad a considerar seriamente el suicidio. ¿Qué caso tiene vivir en una sociedad así? En una cultura tan machista la mujer estaba completamente indefensa ante cualquier tipo de ataque. Carey se opuso y buscó como volverlo ilegal. Después de una ardua lucha, lo logró y salvo la vida de miles de mujeres.
Carey comprendió verdaderamente que el ser cristiano no significa solo alcanzar a la gente con el evangelio, sino provocar que el evangelio penetre en todas las áreas de la vida desde lo espiritual hasta lo social. El cristianismo que él venía a traer no era “dominguero” sino integral y total.
Para terminar
Carey murió un 9 de junio de 1834 después de servir 41 años en la India. Es difícil saber la cantidad de personas que Carey pudo alcanzar. Probablemente solamente se convirtieron 1,407 durante su ministerio en un país de millones de personas. Sin embargo, no podemos medir el éxito únicamente por la cantidad de personas convertidas. Su labor tuvo un impacto tan grande en diferentes poblaciones y etnias haciendo el cristianismo algo tan real y vivo. Gracias a él miles no solo podían leer la Biblia en su idioma, sino que podían soñar con un mejor futuro. Carey inspiró a muchos más cristianos de los cuales unos se convirtieron en grandes misioneros como los serían Adoniram Judson, David Livingstone y Hudson Taylor. Este hombre realmente vivió y murió para el Señor.
Por último, su fe se puede ver en una última conversación que tuvo con un misionero escoses. Carey ya estaba por morir. Aun con todo él seguía recibiendo visitas y animándolos a ir por los no alcanzados. Antes de morir Alexander Duff pidió platicar con Él. Alexander admiraba grandemente a Carey y en su conversación no dejaba de elogiarlo y hablar de todo lo que Carey había hecho por el evangelio. Antes de terminar su conversación y de que Alexander se fuera, Carey le advirtió: “Has estado hablando sobre el Dr. Carey. Cuando me haya ido, no hables del Dr. Carey. Habla sobre el salvador del Dr. Carey.” Carey siempre reconoció que él no era más que una vasija de barro en las manos de su Señor.
¿Qué clase de cristianos queremos ser? ¿Queremos ser de los cristianos que simplemente viven y cumplen? ¿O queremos ser de aquellos cristianos cuya vida extendió el reino de Dios aquí en la tierra? Seamos como ellos y entreguemos nuestra vida por completo a Dios.
Escrito por Josué Gutiérrez, pastor de Dios de Gracia.
Bibliografía
Recuperado el 3 de septiembre de 2024.
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